Antonio Sánchez: “De gira con Paco de Lucía sufrí dos años y disfruté otros dos”

Sobrino de Paco de Lucía, a quien acompañó sobre los escenarios entre 2010 y 2014, hasta el día de su muerte, ofrece un concierto íntimo este viernes en Red Carpet, la residencia de músicos de Lloret de Vistalegre

La actuación, que será grabada y publicada el Día Mundial del Flamenco en una conocida plataforma, servirá para descubrir su primer álbum en solitario, Kavara

Su estancia en Mallorca también incluye una masterclass, programada para el sábado y para la que aun quedan plazas

VÍDEO | Antonio Sánchez: “Paco de Lucía está siempre presente en mis actuaciones”

Redacción

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¿Cuál es su primer recuerdo relacionado con una guitarra?

El de una guitarra pequeña que había en casa, que estaba rota y que siempre llevaba en la mano, no sé por qué. La llevaba con la izquierda, porque soy zurdo, aunque mi abuelo me la cambiaba de mano, me la ponía en la derecha porque igual consideraba que un guitarrista zurdo no era muy normal y que tendría poco futuro.

¿Quiénes fueron sus primeros maestros?

Ricardo Modrego, a quien Paco de Lucía conoció siendo un niño, cuando entró en la primera compañía de flamenco. Mi padre le preguntó a Paco: ¿quién le puede enseñar al niño a tocar? Y él respondió: Modrego, que da clases. Era un guitarrista antiguo que me enseñó las bases en muy poco tiempo: tocar a ritmo, las armonías básicas de cada palo... lo más aburrido para entrar en vereda. Lo más aburrido, entre comillas, porque es lo más importante: cuanto antes cojas lo difícil, antes te salvarás del complicado camino de la guitarra.

¿Ya en esos primeros años Paco de Lucía ejercía de faro?

Siempre lo fue. Lo que pasa es que cuando yo era un niño no entendía aun quién era Paco en el mundo de la música. Yo jugaba con su hijo Curro todo el día, no hacíamos ni caso, y le molestábamos. “Que se vayan los niños a otro lado, ¿qué es esto?, ¡qué pesaos!”, protestaba. Cuando entendí quién era Paco me cambió la vida e incluso empezó a darme vergüenza hablarle y mirarle. “¿Qué te pasa?”, me preguntaba. “Nada, nada”, le decía yo. Empecé a admirarle como músico, hasta el día de hoy.

El guitarrista flamenco Antonio Sánchez, en Red Carpet, la residencia de músicos situada en Lloret de Vistalegre

El guitarrista flamenco Antonio Sánchez, en Red Carpet, la residencia de músicos situada en Lloret de Vistalegre / DM

¿Qué le enseñó otro grande como Juan Manuel Cañizares?

Cañizares fue mi siguiente maestro. Hoy está considerado uno de los mejores guitarristas del mundo. A Paco le llamó mucho la atención su personalidad. Cañizares se desmarcaba de todos los guitarristas de su generación, y como Paco tiraba siempre mucho de los jóvenes quiso llevárselo de gira junto a José María Bandera. Guitarrísticamente fue la gira más bonita de Paco de Lucía. Aquel trío de guitarras era espectacular. Recorrieron el mundo entero durante cinco años. Paco le dio el toque a Cañizares y le dijo que quedara con el niño, conmigo. Me pasaba el día entero en su casa aprendiendo cosas.

Usted puede presumir de una técnica impecable. ¿A eso se llama virtuosismo?

Yo diría que está el que no necesita estudiar técnica y es un virtuoso, y el que es un virtuoso porque ha estudiado técnica. Yo pertenezco a una tercera clase: he estudiado mucha técnica y toco bien, y ya está (risas). Es muy arriesgado ponerte la etiqueta de virtuoso. Yo no me considero un virtuoso. Sí he tenido facilidad para aprender, solo mirando lo que hacen otros músicos. En eso tengo velocidad. La técnica se adquiere estudiando muchas horas, y ahí está la facilidad de cada uno. A mí me ha costado poquito.

Dicen que en su toque encontramos el sello inconfundible de Paco de Lucía.

Seremos unos mil guitarristas los que tenemos ese lenguaje ‘paquero’. La música de Paco es una especie de biblia, es nuestra guía. Creo que el 80 por ciento de los guitarristas flamencos piensan lo mismo.

Al Maestro le acompañó sobre los escenarios durante cuatro años, hasta su fallecimiento en febrero de 2014, como segunda guitarra.

Fueron cuatro años sin parar, a 80 conciertos por año, giras de dos meses sin parar, concierto un día sí y el otro también. Los dos primeros años fueron un shock, yo no disfrutaba, me sentía un bulto, tenía que tocar bien lo mío, y nada más. Los dos años siguientes ya empecé a disfrutar, de él, de los demás, de mí… Me impactó mucho sentarme ahí, también por la gente que iba a ver a Paco. Yo tenía 25 años, venía de hacer tablaos, y de pronto me dijo Paco: “vente conmigo”. Era el trabajo que cualquier guitarrista hubiera querido tener. Me sentí tan privilegiado que entré en shock. Al principio lo quise llevar bien pero lo pasé mal.

Antonio Sánchez, guitarrista

Antonio Sánchez, guitarrista / DM

¿Qué transmitía Paco desde el escenario?

Paco estaba tan tranquilo en un escenario… Parecía que tocaba sin que hubiera público delante. Estaba como metido en una burbuja con su guitarra. Su pie era una claqueta natural, yo le miraba de perfil y me preguntaba: ¿pero qué es esto? Era algo sobrenatural. Paco te daba tranquilidad, seriedad, luego te hacía reír, y para nada te sentías observado ni juzgado, al contrario, estabas deseoso de que te dijera algo, porque parecía como que no te hacía caso. Tenía que hacerlo así, al ser el juez máximo de la guitarra.

Al Di Meola dijo hace unos meses que Paco de Lucía era como Miles al jazz.

¡Qué bonito! Tiene toda la razón. Miles Davis creó un sonido nuevo en el jazz, con la libertad que tenía con la trompeta cambió un poco el concepto del jazz, y Paco, con la guitarra, hizo lo mismo. No deja sonar flamenco y ortodoxo, pero abre la guitarra, los campos, empieza a generar música, a decir: ¿por qué esto no puede ser flamenco? Como decía la mujer de mi padre: es un hombre pegado a la guitarra. Toda la vida fue muy trabajador, y lo fue gracias a mi abuelo. Fue un absoluto creador sin perder el sonido de donde venía.

Su tío tuvo una ligazón con Mallorca. ¿Cuál es su conexión mallorquina?

Este año soy el embajador de la residencia de músicos Red Carpet [en Lloret de Vistalegre]. Me parece un lugar maravilloso del que no quiero moverme. Aquí se está en la gloria. Todos los músicos deberían conocerlo para saber y comprobar que tenemos apoyo.

Para su concierto de este viernes ya no quedan entradas, están agotadas. ¿Qué ha preparado para la ocasión?

Mi primer álbum en solitario se llama Kavara. En octubre empezaré una gira mundial, en Londres, para darlo a conocer, ahora toca apretarse los machos y cambiar el chip. En el concierto en Red Carpet presentaré este disco, acompañado de Manuel Cazas (guitarra) y Benji Habichuela (percusión). Será un concierto íntimo [que se grabará y se publicará el Día Mundial del Flamenco, el 17 de noviembre], en el que no faltarán algunos guiños a Paco, porque es mi tío y porque siempre le he admirado.

Antonio Sánchez junto al también guitarrista Manuel Cazas

Antonio Sánchez junto al también guitarrista Manuel Cazas / DM

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